En un rincón de Rosario, donde el paso del tiempo parece ralentizarse, se encuentran las huellas de un pasado que sigue vivo en cada esquina. La peatonal Córdoba, esa arteria emblemática del centro de la ciudad, dejó su impronta no solo en su lugar original, sino también más allá de sus límites. Y es que, en el barrio La Guardia, en España y Coullin, los recuerdos del ayer se reviven de manera única.
Un 25 de mayo de 1974, la peatonal Córdoba se inauguró oficialmente, marcando una nueva era para Rosario. Aunque ya desde años atrás se había habilitado la calle para ser peatonalizada en ocasiones especiales, la creciente demanda de los rosarinos llevó a las autoridades a crear un paseo peatonal definitivo entre las calles Paraguay y Laprida.
A lo largo de los años, la peatonal se fue transformando, y a mediados de los años 80, bajo la intendencia de Horacio Usandizaga, se realizó una gran remodelación. Las características baldosas hexagonales que daban vida a la peatonal fueron retiradas para dar paso a nuevos diseños. Sin embargo, no todo se desechó. Un gesto de la Municipalidad permitió que aquellas baldosas emblemáticas fueran donadas a distintos espacios de la ciudad.
Una de las afortunadas en recibirlas fue la escuela Nuestra Señora de la Guardia, situada en España y Coullin, en el corazón del barrio La Guardia. Las baldosas de la peatonal Córdoba, aquellas que tantos rosarinos pisaron durante décadas, ahora adornan la vereda de esta institución educativa, transformándose en un recuerdo tangible de una época dorada de la ciudad. Cada paso que se da sobre esas baldosas es un viaje hacia el pasado, un puente de tiempos que nos conecta con la historia viva de Rosario.
+archivo












📚 Archivo fotográfico y periodístico: Diario La Capital, Museo de la Ciudad, @fotografiasyestampasrosario y Ricardo Botta.