Sin duda alguna fue un hecho que tuvo mucha resonancia en Rosario y sucedió en donde hoy funcionan locales comerciales, en los que entran muchas personas cada día.
La mañana del 4 de septiembre de 1910, la ciudad iba encontrase con la cruda realidad de las pasiones humanas: un fratricidio que ocuparía a las páginas de los diarios de la época.
Los integrantes del suceso fueron los hermanos Manuel y Juan Agustín Musto, el primero de ellos padre del que sería luego uno de los nombres más importantes de la cronología de la pintura en Rosario.
Manuel había edificado su casa familiar y el local para su negocio en San Luis casi Entre Ríos. Previamente a la impactante tragedia, Juan Agustín se contactó con su hermano, que había amasado una considerable fortuna, para solicitarle apoyo económico para construirse una casa. Manuel accedió, pero su hermano utilizó el préstamo para otros fines y tuvo que acudir nuevamente en demanda de ayuda.
La respuesta negativa motivo amenazas de muerte que infundieron temor en el padre del pintor. Desde ese momento, Manuel, comenzó a planificar el asesinato de su hermano: compró una escopeta y con la excusa de acceder al nuevo pedido de Juan Agustín, lo citó en el escritorio de su negocio de San Luis 1314 y fue entonces cuando sacó el arma y disparó un solo tiro, que destrozó el cráneo al otro Musto.
El escopetazo asustó a señoras que caminaban por la cuadra, así como también alertó a los policías de la comisaría 3ra, que estaba ubicada a escasos metros del local. A ellos se entregaría el padre del pintor Musto y en su negocio, donde hoy funcionan varios comercios, encontrarían el cuerpo de su hermano, caído en un charco de sangre.