Las epidemias de cólera que azotaron Rosario

Curiosidades


Desde 1867 a 1895 fallecieron de cólera en Rosario más de 2.100 personas. En tres oportunidades distintas, epidemias de esta enfermedad azotaron a nuestra ciudad. Contagios por contacto estrecho, cuarentena, sanatorios colapsados y una población llena de incertidumbre y miedo. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

La aparición del cólera en nuestro país ocurrió por primera vez en Fuerte Argentino (Bahía Blanca) en 1856.
En marzo de 1867 apareció el cólera en Rosario, traído según la creencia general de la época, aguas abajo, provenientes de los campos de batalla paraguayos, escenario de la guerra de la Triple Alianza.

En dicha época, nuestra ciudad era puerto de embarque de tropas que partían a combatir. Se atribuía la epidemia a la gran cantidad de cadáveres que infectaban las aguas del río Paraná.

De esas aguas contaminadas, los aguateros extraían su mercancía para el consumo e higiene de la ciudad. El primer caso de cólera en Rosario se produjo el 15 de marzo de 1867, manifestándose posteriormente los cinco primeros casos en una misma casa, lo que hacía temer la transmisión por infección en conjunto.

Tiempo después se comprobó que los primeros casos en nuestra ciudad no vinieron desde Paraguay, sino traídos por un barco brasileño con 200 soldados para el ejército aliado que fue esparciendo el contagio entre las poblaciones ribereñas del Paraná: entre ellas, Rosario.

El cólera se desarrolló primeramente en los rancheríos cercanos a la famosa laguna de Sánchez (que comprendía lo que hoy es Corrientes, Mendoza, Mitre y Rioja y donde eran arrojados múltiples desechos). Luego se presentó en otros puntos de la ciudad, pero de preferencia siempre entre la clase pobre y poco aseada.

Los doctores Hutchinson y Hertz fueron los designados por la Municipalidad para tratar de apaciguar la situación.

Al pueblo relacionar la epidemia con la laguna de Sánchez, desde el Gobierno de Santa Fe, presidido por Nicasio Oroño, se pensó en expropiar la laguna y comenzar trabajos para desagotarla y rellenar el espacio.

La mortalidad en nuestra ciudad fue importante: 420 decesos en 1867. Aunque en Buenos Aires a mediados del mismo año hubo hasta 100 defunciones diarias.

La epidemia continuó hasta marzo de 1868, donde ya dejó de lado toda clase social. En ese año, el 2 de enero, falleció en Buenos Aires víctima de cólera el Vicepresidente de la República Marcos Paz.

Era dable encontrar cadáveres en la calle que no habían sido enterrados inmediatamente al fallecer. Incluso, enfermo coléricos eran abandonados por el temor al contagio. El aspecto de la ciudad era desolador, calles desiertas y cuadras de casas totalmente cerradas.

Al correr el año 1868, la epidemia comenzó a decrecer. Pero años después volvería a azotar a la ciudad.

Para fines del año 1886 las condiciones higiénicas de la ciudad dejaban mucho que desear, no se contaba con aguas corrientes ni con servicios cloacales. En tal año, un nuevo brote de cólera provocó otra epidemia que en Rosario alcanzó 1101 víctimas fatales. En 1887 los números descendieron, las muertes fueron 155. Cabe aclarar, que en esos momentos la población de Rosario apenas si llegaba a 50.000 habitantes.

El origen de esta epidemia fue el siguiente: se produjeron algunos casos de cólera en Buenos Aires y un vapor que vino de allí a Rosario trajo consigo el virus. Zarpó el 27 de octubre de 1886. Aunque recién el 7 de noviembre los periódicos informaron a la ciudad de la epidemia reinante.

La epidemia hacía estragos. Tanto así que muchos lugares del país y del exterior establecieron cuarentena a los pasajeros procedentes de Rosario.

Si bien para 1887 fue disminuyendo, en noviembre 1894 volvería a aparecer por tercera vez. Poco a poco nuevamente la epidemia fue avanzando. Y se señalaba la mala higiene de la ciudad “completamente abandonada”. Los carros continuaban arrojando basuras y desperdicios al Bajo (puerto) y producía un foco infeccioso para la población.

La epidemia duró hasta marzo de 1895, produciendo un total de 467 defunciones. Han transcurrido 126 años de los últimos casos de cólera en forma epidémica en la ciudad. Aunque hoy vivimos una mucho más fatal.

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