El senador nacional que quiso bombardear Rosario

Curiosidades

Todo comenzó en 1867 cuando el Banco de Londres abrió una sucursal en Rosario, una ciudad muy importante por su puerto, su ferrocarril y su gran actividad comercial. Además, era el primer banco británico en nuestro país y el único banco en Santa Fe.

Del otro lado estaba Servando Bayo, gobernador de Santa Fe entre 1874 y 1878, y con el propósito de proteger los intereses argentinos creó el Banco Provincial de Santa Fe, el cual confrontaba con la banca inglesa.

En tanto, el Banco de Londres estaba habilitado a la emisión de moneda. Entonces, Bayo logró la sanción de una ley que ordenaba la conversión a oro de todas las emisiones de papel moneda. Aquí nace el incidente.

Por no haber acatado esta ley, Servando Bayo ordenó la detención del gerente de la sucursal inglesa y la intervención de la misma. Quien tenía que buscar una solución diplomática fue Manuel Quintana, en ese entonces senador nacional y además asesor legal del Banco de Londres.

Cuando esto sucede, Quintana renunció a su banca “por cuestiones de salud” y en junio de 1876 viajó a Londres a hablar con las autoridades del banco. La solución que llevó fue aplicar la fuerza, mediante el bombardeo a la ciudad de Rosario si el gobierno no dejaba sin efecto la intervención.

Ante esto, quien debió intervenir fue Bernardo de Irigoyen, Ministro de Relaciones Exteriores. Apenas Quintana anunció en forma intimidatoria la presencia de una cañonera inglesa en el Puerto de Rosario, el Canciller se puso de pie y se negó a continuar hasta que Quintana se retirara del despacho, no aceptando que un argentino sea portavoz de una intimidatoria extranjera. La enérgica posición de Bernardo detuvo la acción bélica.

Los años pasaron. Pero cuando en 1893 se declaró estado de sitio, tras la revolución radical para terminar con el régimen imperante, y se intervinieron varias provincias, Alem resistía en Rosario. Y Quintana, ahora Ministro del Interior, lanzó la amenaza de bombardear Rosario si no se rendían. Finalmente, Alem y los suyos depusieron las armas. Once años después, en 1904, Manuel Quintana fue electo presidente.

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